La comunidad de apoderados del Jardín Infantil Mi Banderita Chilena, ubicado en Ollagüe, presentó una carta formal dirigida a la Directora Regional de Fundación Integra, María Ordoñez, solicitando la rotación del actual equipo educativo del establecimiento. En su comunicado, los apoderados expresan su preocupación por lo que consideran prácticas que están afectando gravemente el acceso a la educación y el desarrollo de los niños y niñas matriculados. Los apoderados argumentan que las continuas suspensiones de jornadas educativas debido a factores como falta de personal, licencias médicas, cortes de servicios básicos y problemas logísticos internos han interrumpido el proceso de enseñanza, perjudicando el derecho fundamental de los niños a recibir una educación de calidad. Además, señalan una falta de compromiso y vocación por parte del equipo educativo, lo que consideran un obstáculo para garantizar un entorno adecuado para el aprendizaje. Este establecimiento es el único centro educativo para la primera infancia en la comunidad de Ollagüe, una localidad ubicada a más de 3.600 metros de altitud, en la frontera chileno-boliviana, lo que hace aún más urgente la necesidad de asegurar la continuidad y calidad de la educación, dada la lejanía y las condiciones extremas de la zona. Como solución, los apoderados proponen la contratación de nuevos profesionales locales que estén comprometidos con la comunidad. De hecho, han identificado perfiles de personas que consideran adecuados para ocupar estos puestos. Esta iniciativa busca asegurar que los niños y niñas de Ollagüe reciban una educación inclusiva, equitativa y significativa, conforme a lo establecido en la Ley 21.430 sobre Garantías y Protección de los Derechos de la Niñez y Adolescencia, y en la Convención sobre los Derechos del Niño.
La comunidad de apoderados del Jardín Infantil Mi Banderita Chilena, ubicado en Ollagüe, presentó una carta formal dirigida a la Directora Regional de Fundación Integra, María Ordoñez, solicitando la rotación del actual equipo educativo del establecimiento. En su comunicado, los apoderados expresan su preocupación por lo que consideran prácticas que están afectando gravemente el acceso a la educación y el desarrollo de los niños y niñas matriculados. Los apoderados argumentan que las continuas suspensiones de jornadas educativas debido a factores como falta de personal, licencias médicas, cortes de servicios básicos y problemas logísticos internos han interrumpido el proceso de enseñanza, perjudicando el derecho fundamental de los niños a recibir una educación de calidad. Además, señalan una falta de compromiso y vocación por parte del equipo educativo, lo que consideran un obstáculo para garantizar un entorno adecuado para el aprendizaje. Este establecimiento es el único centro educativo para la primera infancia en la comunidad de Ollagüe, una localidad ubicada a más de 3.600 metros de altitud, en la frontera chileno-boliviana, lo que hace aún más urgente la necesidad de asegurar la continuidad y calidad de la educación, dada la lejanía y las condiciones extremas de la zona. Como solución, los apoderados proponen la contratación de nuevos profesionales locales que estén comprometidos con la comunidad. De hecho, han identificado perfiles de personas que consideran adecuados para ocupar estos puestos. Esta iniciativa busca asegurar que los niños y niñas de Ollagüe reciban una educación inclusiva, equitativa y significativa, conforme a lo establecido en la Ley 21.430 sobre Garantías y Protección de los Derechos de la Niñez y Adolescencia, y en la Convención sobre los Derechos del Niño.